PureFlo elimina la necesidad de un mantenimiento ordinario del receptor de vacío (limpieza del filtro) y mejora la capacidad de transporte del sistema general.
El gránulo de plástico se mueve a través de las tuberías transportadoras transportadas por un flujo de aire generado a presión negativa por una unidad de vacío.
La velocidad a la que alcanza el gránulo de plástico durante el transporte varía entre 15 metros/segundo en el punto de recogida y 25 metros/segundo al final de la línea.
En una solución convencional, el gránulo de plástico entra en el receptor a la velocidad final, es decir, 25 metros/segundo, y se detiene golpeando en las paredes internas del cuerpo del receptor.

El diseño innovador y único de PureFlo permite al gránulo de plástico no mantener su velocidad final hasta el cuerpo del receptor, sino, a través de una curva de ángulo recto, disipar toda la fuerza cinética que recogió durante la transmisión.
Los gránulos caen en el cuerpo del receptor, donde tienen una velocidad residual de 1 metro/segundo. Dirige el flujo a la base del receptor donde el aire pierde gradualmente presión y velocidad.